domingo, 1 de abril de 2012

Caminas sola... Nunca te pares... Nunca mires atrás...


La reunión con su jefe resultó ser una decepción. Ella estaba ilusionada, esperaba un ascenso, sin embargo salió del despacho para no volver a pisarlo jamás. La habían despedido. "Había que reducir costes", según el director. Las lágrimas bañaban sus mejillas mientras corría por los pasillos de la sede central. Ya en la calle, sus piernas temblaban. Se apoyó en una farola y respiró profundamente, mientras su vida en la empresa pasó fugazmente por su cabeza. Tenía que seguir adelante. Su trabajo ya pertenecía al pasado. "Cada uno es capaz de llegar a donde se proponga", pensó mientras comenzó de nuevo a caminar. Esta vez con pasos decididos, a la vez que el fuerte viento secaba sus lágrimas. Ya más sosegada, se dirigió a la boca de metro que tenía más cerca para llegar a su casa cuanto antes. Era una noche fría que los pasillos del metro habían convertido en sofocante. Estaban desiertos, así que sus pasos retumbaban en las paredes creando un eco un tanto aterrador. De pronto escuchó unos pasos lejanos que golpeaban las paredes junto a los suyos. A medida que iba avanzando los sonidos se volvieron más fuertes. Se estaban aproximando a ella por detrás. Se asustó. Sus piernas volvieron a estremecerse mientras el sudor comenzaba a empapar su ropa. Decidió detenerse. Los pasos que se escuchaban tras ella desaparecieron. Decidió mirar atrás...






Siguiendo con mi serie en blanco y negro, la fotografía que tenéis arriba está editada con la aplicación "Noir Photo". Esta imagen, como podéis ver, no tiene ninguna complicación, sólo disparar en el momento adecuado y sin que os tiemble el pulso, ¿eh? El resto lo hará vuestra imaginación. 

Nos vemos en la siguiente entrada, compañer@s!



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